Desde Su Juventud
(Klance's one shot)
Precuela de "Excepto a Ti" y parte de la serie "Mi Única Excepción"
Resumen:
Lance se había enamorado.
Y no enamorado de cualquiera, lo hizo de una belleza, de
una feroz belleza. Una que no lograría olvidar, ni siquiera después de cinco
años, ni luego de una guerra intergaláctica que los orillaría a tomar las
decisiones más cruentas de sus vidas.
A los once años, Lance se había enamorado.
Fragmento:
Le vio por primera vez en un pasillo, siendo guiada por uno
de los jefes de dormitorio hasta, suponía Lance, el ala femenina. Porque tal
belleza sólo podía pertenecerle a una niña, es lo que Lance pensó. ¿Podrían
culparle? La estructura fina le engañó; la piel tersa y suave, le susurró
mentiras; los ojos violetas, tan perfectamente acurrucados por pestañas espesas
le hechizaron, y el bonito rostro le abrumó con absoluto descaro.
Sólo bastó el breve barrido que “La Belleza” hizo con su mirada, interceptando por un efímero
segundo la mirada de Lance, para que Lance cayera. Y Lance tenía 11 años, Lance
ni siquiera sabía lo que era gustar apropiadamente de alguien.
Fue por ello que empezó a seguirle aún sin saber que lo
hacía, sus ojos estaban puestos en ella cuando se la encontraba por los
pasillos, alta y delgada como un cervatillo, mientras caminaba con la barbilla
en alto frente a todos con la confianza de un león. Les contó a todos sobre
ella, Hunk fue víctima de sus prologados monólogos sobre lo bella y misteriosa
que era. Además de inteligente, por supuesto. Sólo un prodigio podía entrar a
cualquier programa de Garrison dos meses después de las pruebas de admisiones
finales.
Ella era maravillosa… divina.
Ella se convirtió en su rutina.
Le observó en el comedor, en las ventanas abiertas cuando
pasaba por los jardines y, finalmente,
en su primera clase compartida.
Ella, con su uniforme bien planchado, tres puestos por
delante de Lance y con el corto cabello suelto sobre sus mejillas, ni siquiera
volteó a mirar a nadie. De hecho, no mostró una pizca de nerviosismo cuando el
maestro empezó a pasar la asistencia como lo mayoría había demostrado al
principio.
—Kogane, Keith.
—Presente.
Lance no fue el único que descolocó su quijada en el salón,
muchos se giraron asombrados entre sus asientos, porque la voz de “La Belleza” no era la fina cancioncilla
que la mayoría esperaba. Fue un tono rasposo y chillón, como el de la mayoría
de adolescentes varones que salían de la pubertad.
“La Belleza”, era
un niño.
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